Leopoldo
Alas “Clarín”, abogado, Doctor en Derecho, escritor y
catedrático. Conocido con el seudónimo de «Clarín».
Nació en Zamora en 1852 y murió en Oviedo en 1901 a los 49 años de
edad.
Clarín
vivió acontecimientos dramáticos de la historia española como la
revolución liberal de 1868, la Restauración y la pérdida de las
últimas colonias, en 1898.
Su obra maestra fue La Regenta que lo consagró, ya que es considerada una de las cuatro novelas fundamentales de la literatura española. Comparable a su labor de novelista fue la desarrollada como cuentista, y la periodística basada en crítica literaria y crítica de temas políticos.
Su obra maestra fue La Regenta que lo consagró, ya que es considerada una de las cuatro novelas fundamentales de la literatura española. Comparable a su labor de novelista fue la desarrollada como cuentista, y la periodística basada en crítica literaria y crítica de temas políticos.
Familia
Su
padre era un alto funcionario, que ejercía de Gobernador Civil, y
Leopoldo fue el tercer hijo del matrimonio. Hermano de Clarín fue el
también escritor y militar Jenaro Alas Ureña.
Se
casó con Onofre García-Argüelles y García Bernardo, fueron padres
del ilustre jurista y catedrático Leopoldo Alas Argüelles,
este señor fue asesinado por los golpistas en 1936, cuando era
Rector de la Universidad de Oviedo, que dejó viuda y dos hijas que
se exiliaron en Francia.
Una
de sus nietas regresó a España y se casó con el ilustre
médico, José Ramón Tolivar Faes y de este matrimonio
nació Leopoldo Tolivar Alas que actualmente es catedrático
de Derecho en la Universidad de Oviedo y por tanto biznieto de
Clarín.
Formación
Inició
sus estudios en el colegio de los jesuitas de León ubicado en el
actual parador de turismo de San Marcos. En 1859 toda la familia
regresó a Asturias y Leopoldo, ingresó en la Universidad de Oviedo
para cursar Bachillerato y la carrera de Derecho que los completó
Madrid cuando se trasladó a esa ciudad para hacer el doctorado.
En
1878 se doctoró en Derecho Civil y Canónico, con la calificación
de sobresaliente. El título de su tesis doctoral fue: El
derecho y la moralidad, y contenía una dedicatoria «A
don Francisco Giner de los Ríos, por ser su sincero amigo y
reconocido discípulo».
Krausismo
Por
aquellos años de estudiante universitario había entrado en España
la teoría del krausismo, de la mano del jurista y filósofo Julián
Sanz del Río, que había sido discípulo en Alemania de Karl Krause.
Sanz del Río fue su profesor de Filosofía del Derecho y ejerció
una gran influencia entre sus alumnos de tal forma que pusieron en
marcha un movimiento ideológico intelectual que culminó con una
gran reforma en la educación libre, con la creación de
la Institución Libre de Enseñanza.
Sanz
del Río fue expulsado de la cátedra a instancias de Isabel II por
considerar tal doctrina como peligrosa para la seguridad del régimen.
Este hecho ocasionó un gran revuelo entre los jóvenes seguidores de
Sanz del Río que siguieron transmitiendo sus enseñanzas a los
siguientes discípulos.
Fue
con el profesor Nicolás Salmerón donde Leopoldo se empapó bien de
las ideas krausistas que hicieron nacer en él poco a poco, la duda
religiosa y el escepticismo filosófico.
Clarín
El
director de un periódico en el que colaboraba Leopoldo quiso que sus
colaboradores tomaran como seudónimo el nombre de un instrumento
musical y así fue como Leopoldo eligió el clarín que a
partir de ahí sería el alias con que firmaría todos sus artículos
y libros. La columna del periódico que empezó a escribir como
Clarín tenía el título de «Azotacalles de Madrid».
De
esta forma Leopoldo Alas entró como “Clarín” en la vida
literaria de la época y desde su columna empezó a lanzar duras
críticas llenas de ironía contra la clase política de la
Restauración.
Clarín empezó a gozar de popularidad al mismo tiempo que le llegaban abundantes disgustos y bastantes enemigos. Cada nuevo artículo se convertía en un nuevo escándalo, criticado o alabado en las tertulias de la Cervecería Inglesa o del Ateneo.
Clarín empezó a gozar de popularidad al mismo tiempo que le llegaban abundantes disgustos y bastantes enemigos. Cada nuevo artículo se convertía en un nuevo escándalo, criticado o alabado en las tertulias de la Cervecería Inglesa o del Ateneo.
Revista
de Asturias
Aparte
del género periodístico, Clarín sintió la necesidad de cultivar
otros géneros literarios. El catedrático de la Universidad de
Oviedo Félix Aramburu, que era amigo entrañable de Leopoldo
dirigía una revista llamada Revista de Asturias, y le
ofreció la revista para publicar lo que Clarín quisiera escribir y
así fue como vio publicado sus primeros cuentos y algunas poesías.
Con estas colaboraciones el gran escritor fue dándose a conocer en
su tierra natal.
Oposición
a Cátedra y Docencia
Clarín
se presentó a las oposiciones en Salamanca para cubrir la plaza
vacante de la cátedra de Economía Política y Estadística en la
Universidad. Leopoldo obtuvo el primer lugar en la terna de
opositores. Pero hubo un obstáculo grave para el éxito definitivo,
porque, Queipo de Llano, el conde de Toreno, que era por
entonces ministro de Instrucción Pública y gozaba del derecho de
elección final del candidato negó la cátedra a Clarín como
venganza a las críticas a su persona que Clarín le había hecho en
los periódicos.
Pero 1882 fue para Clarín un año de suerte, porque se publicó en la Gaceta Oficial su nombramiento para la cátedra de Economía Política y Estadística, concedida para la Universidad de Zaragoza.
Pero 1882 fue para Clarín un año de suerte, porque se publicó en la Gaceta Oficial su nombramiento para la cátedra de Economía Política y Estadística, concedida para la Universidad de Zaragoza.
En
1883 regresó a Oviedo como catedrático de Derecho Romano y más
tarde se ocupó también de la cátedra de Derecho Natural en la
Universidad de Oviedo y ya permaneció en esta ciudad hasta su
fallecimiento en 1901.
Obra
literaria
Para
entender a Clarín en cuanto a lo literario, conviene recordar que el
interés intelectual, crítico, de origen krausista, da un sentido
especial a sus obras; a ello se suman otros elementos de la filosofía
de la época, en especial de la corriente positivista, del realismo y
del naturalismo.
Si
el krausismo marcó el horizonte ético e intelectual del escritor,
la corriente positivista del realismo y el naturalismo le proporcionó
una manera de poner entre paréntesis ciertas parcelas del mundo y de
examinar, valiéndose del microscopio naturalista, al ser humano de
su tiempo.
Las
mencionadas corrientes filosófico-literarias le sirvieron de
instrumento para la creación literaria, instrumento que supo
utilizar en nuestra lengua mejor que nadie.
Sus artículos periodísticos y su crítica en general llamaron la atención sobre la problemática del país; sus extraordinarias novelas dramatizaron la situación de una nación cuya vida política y social vivía momentos contradictorios de apatía y confusión.
Sus artículos periodísticos y su crítica en general llamaron la atención sobre la problemática del país; sus extraordinarias novelas dramatizaron la situación de una nación cuya vida política y social vivía momentos contradictorios de apatía y confusión.
En
1881 se publicó el libro Solos de Clarín, que recogía
los principales artículos de crítica literaria que había
publicado.
La
Regenta
A
los 31 años de edad publicó Clarín su obra maestra La
Regenta. Dos años más tarde se editó el segundo volumen de
esta composición del arte literario. La Regenta es una novela de
gran extensión, a semejanza con Madame Bovary, de Flaubert,
y Ana Karenina, de Tolstói, influencia a la que habría que
añadir la del naturalismo y la del krausismo.
La
Regenta es el resultado de una conjunción: la suma de flaubertismo
(la novela autoconsciente) más naturalismo (visión «moderna» de
la realidad, que permitía ver en profundidad), más las
circunstancias propicias (el público quería novelas), más el
interés del autor por lo ético (krausismo) y el deseo del artista
de ser oído en toda España.
Todo
ello dio lugar a la invención de un mundo ficticio y de un escenario
cuyo referente es la ciudad de Oviedo (en la novela, Vetusta),
donde la bella y sensible Ana Ozores, recién casada con el maduro
Víctor Quintanar, ex regente de la Audiencia, se ve acosada por el
donjuán de la ciudad, Álvaro Mesía, y por el magistral de la
catedral, don Fermín de Pas.
Ana
acaba cediendo al cerco de don Álvaro, tras rechazar al sacerdote
que tan apasionadamente la ama. Don Víctor, que descubre el
adulterio, presionado por Pas, desafía a don Álvaro, y muere en el
duelo. La novela resulta extraordinaria por el cuidado y detalle con
que se presenta la vida en “Vetusta” y sus diferentes clases
sociales; por la descripción del ambiente provinciano y del
entramado de la vida colectiva, para lo más naturalista de la obra,
utiliza las técnicas más apropiadas, como el monólogo interior y
el estilo indirecto libre, aptos para que la historia parezca
contarse por sí misma -la narran los personajes- y para penetrar en
el interior de los seres ficticios, en su sentir.
Su
único hijo
La
segunda novela, Su único hijo (1890), es otra obra
maestra; aunque menor que La Regenta. La novela ejemplifica a la
perfección las asimilaciones que el género realizaba a expensas del
teatro, el esfuerzo por dramatizar la realidad en una intensa
representación de los sucesos.
El
narrador cede la palabra con frecuencia a los personajes con el fin
de que la ilusión de realidad se intensifique. El argumento de “Su
único hijo” es sencillo: un hombre débil y sin fortuna,
Bonifacio Reyes, vive sometido a la voluntad de su mujer, Emma, que
lo tiraniza.
Se
consuela con la música, a la que es muy aficionado; llega a la
ciudad una compañía de ópera y Bonifacio es seducido por Serafina,
tiple y amante del director de la compañía, que a su vez se
relaciona íntimamente con Emma. Queda esta embarazada, pero ¿de
quién? Bonifacio, movido por el impulso de la paternidad, afirma que
el hijo es suyo, su único hijo.
Cuentos
Tal vez la faceta de la que menos se habla de Clarín, es su papel como gran cultivador de la novela corta, de relatos y de cuentos, formas que se desarrollan de forma extraordinaria en la literatura europea a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En la Bibliografía de Clarín está reflejada toda su producción literaria.
Crisis
En
1892 Clarín pasa por una crisis de personalidad y religiosa en que,
según sus palabras, trata de encontrar a su yo y a Dios. Poco
después dejó reflejada dicha crisis en su cuento Cambio de
Luz, cuyo protagonista Jorge Arial representa al autor y sus
preocupaciones, sus dudas religiosas y su escepticismo filosófico.
Clarín define a este personaje como «místico vergonzante».
Enfermedad
y muerte
Clarín venía arrastrando su enfermedad desde años atrás y en los primeros meses de 1901 se sentía ya exhausto. Su sobrino el médico Alfredo Martínez García, le diagnosticó una tuberculosis intestinal en último grado, enfermedad incurable en aquella época. Ese mismo año murió, con solo 49 años de edad.
Legado
Sus
biznietos Leopoldo y Ana Cristina Tolivar Alas, cedieron en depósito,
gratuitamente, al Principado de Asturias, en marzo de 2010, la
biblioteca familiar y archivo que conservaban, entre cuyos documentos
figura el manuscrito de La Regenta.
Reconocimientos
honoríficos
- Un busto suyo fue ubicado en el Parque San Francisco de Oviedo en 1931.
- En 1994 el Ayuntamiento de Oviedo decidió darle el nombre de Clarín al Parque ubicado en las inmediaciones del antiguo Estadio Carlos Tartiere.
Autor: Feliciano Robles
No hay comentarios:
Publicar un comentario