Gaspar Melchor de Jovellanos




Gaspar Melchor de Jovellanos, político, filósofo, jurista, académico y escritor. Nació en Gijón (Asturias) en 1744 y murió Puerto de Vega, Navia (Asturias) en 1811, a los 67 años de edad.
Jovellanos fue uno de los más ilustres representantes de la Ilustración Española. Fue el impulsor de una serie de mejoras en su ciudad natal, y de Asturias en general, en lo referente a mejorar la minería del carbón y las comunicaciones por carretera que comunicaban Gijón con León, que significó el traslado del comercio marítimo asturiano desde el puerto de Avilés al de Gijón.

Familia

Nació en el seno de una familia noble de Gijón, aunque sin fortuna. Murió sin descendencia.

Formación

Hizo sus primeros estudios en Gijón, luego en la Universidad de Oviedo estudió Filosofía. En 1760, partió hacia Ávila para realizar estudios eclesiásticos, pero los abandonó para cursar estudios jurídicos. En 1764 fue becado para ingresar en el Colegio Mayor de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá, graduándose como bachiller en Cánones (Derecho canónico). Allí conoció a Cadalso y a Campomanes.

Estancia en Sevilla

Su primer destino profesional fue en 1767, cuando fue nombrado alcalde de la Sala del Crimen en la Audiencia de Sevilla y, tiempos más tarde fue alcalde de Casa y Corte. Fue uno de los promotores de la Sociedad Patriótica Sevillana, de la que fue secretario de artes y oficios. Durante este tiempo se puso en contacto con las ideas ilustradas manifestadas por Pablo de Olavide, interesándose por las teorías de economía política que imperaban en Europa. Adam Smith sería uno de los autores más influyentes en su pensamiento.Paralelamente inició su actividad literaria y en 1774 estrenaba en Madrid su única obra de teatro “El delincuente honrado”.

Estancia en Madrid

En 1778 consiguió el traslado a la Sala de Alcaldes de Casa y Corte en Madrid, en la capital entró en la tertulia de Campomanes, a la sazón Fiscal del Consejo de Castilla, el cual le encomendó distintos trabajos que le gustaron mucho, reconociendo en Jovellanos a un hombre de amplia formación y reconocida solvencia en el terreno económico.
En 1780 accedió al Consejo de Órdenes Militares.Contactó con los ilustrados que manejaban el poder, especialmente con el Conde de Floridablanca, convirtiéndose en miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y también de la Academia de la Historia.
En 1782 formó parte de la comisión que puso en marcha el Banco de San Carlos. Fue miembro y director de la junta de comercio de la Sociedad Económica Matritense.

Destierro en Asturias (1790-1798)

El inicio de la Revolución francesa hizo que el rey Carlos IV paralizase las ideas ilustradas que se estaban imponiendo en España y apartó de la vida pública a la mayoría de los pensadores más avanzados, entre ellos Jovellanos que fue desterrado a Gijón con un empleo de funcionario.
En su ciudad natal fundó, en 1794, el Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía, en el que intentó aplicar las ideas de la Ilustración en la enseñanza.
También aprovechó el tiempo para escribir su Informe sobre la Ley Agraria, en la que abogaba por la liberalización del suelo, recogiendo el pensamiento liberal, norma sobre la que el Consejo de Castilla había volcado sus esperanzas para reformar y modernizar la agricultura en España.
En 1790, redactó un Informe sobre espectáculos que le había encargado la Real Academia de la Historia y viajó por Asturias, Cantabria y el País Vasco para conocer la situación de las minas de carbón y las perspectivas de su consumo, realizando sus primeros informes sobre el Valle del Candín en Langreo.
Jovellanos ya se había mostrado favorable al aumento de la producción, para lo cual era preciso liberalizar la explotación de mineral. Tras sus viajes mineros presentó nueve informes con los resultados de su comisión y consiguió que se liberalizase parcialmente la explotación de carbón en 1793.
Fue nombrado subdelegado de caminos en Asturias (1792) e intentó acelerar la conclusión de las obras de la carretera a Castilla (que habían comenzado en 1771), a fin de terminar con el aislamiento de Gijón, pero la falta de fondos imposibilitaría su final.

Ministro

Regresó a Madrid en noviembre de 1797, a la caída de Godoy y fue nombrado ministro de Gracia y Justicia. Sus reformas jansenistas de la política religiosa provocaron su caída en agosto de 1798. Desde su cargo intentó reformar la justicia y disminuir la influencia de la Inquisición, pero tras nueve meses en el gobierno cesó en agosto de 1798 y volvió a Gijón.

Estancia en Gijón

Una vez reubicado de nuevo en Gijón proyectó la creación de una academia asturiana, que tendría como función el estudio de la historia y de la lengua asturiana, y elaboró 200 fichas de léxico del asturiano.

Represión 

En diciembre de 1800, volvió Godoy al poder y ordenó la detención de Jovellanos en marzo de 1801. Se le acusó de haber introducido en España una copia del Contrato social de Rousseau, libro prohibido en aquel momento, y por ello fue encarcelado y deportado a Mallorca, primero en el monasterio de la Real Cartuja de Jesús de Nazaret, (Cartuja de Valldemosa) y luego a la prisión del castillo de Bellver. Estuvo preso durante 7 años.
Durante los años de prisión empeoraron sus problemas físicos y aumentó su religiosidad. Poco a poco, y gracias a que conservaba el sueldo de ministro, compró muebles lujosos y muchos libros, pese a padecer cataratas.

Liberación

Fue liberado en abril de 1808, tras el Motín de Aranjuez, rechazó el cargo de ministro del Interior que le propuso José Bonaparte y se trasladó a Cádiz, como representante del Principado de Asturias en la Suprema Junta Central gobierno del que realizó su reglamento junto a Martín de Garay.
Desde él impulsó la reunión de la Asamblea dirigiendo la comisión de Cortes, pero la entrada de los franceses en Andalucía obligó al gobierno a dejar Sevilla y refugiarse en Cádiz.
La propaganda de los aristócratas que se negaban a la reunión de Cortes provocó la caída de la Junta Central y la instauración de una regencia, cuyo reglamento fue redactado de nuevo por Jovellanos y Martín de Garay.

Renuncia y muerte

Las calumnias vertidas contra los centrales hizo que varios de éstos abandonasen Cádiz, como ocurrió con Jovellanos, que se embarcó con rumbo a Asturias, pero una tempestad le condujo a la localidad coruñesa de Muros donde arribó el 6 de marzo de 1810.
Permaneció en Galicia varios meses y escribió la justificación política de su actuación en la Junta Central, Memoria en defensa de la Junta Central, que se imprimió en La Coruña.
Tras la marcha de los franceses de Gijón, en julio de 1811 dejó Galicia y volvió a Gijón, aunque un contraataque francés hizo que tuviera que marcharse una vez más.
Enfermo de pulmonía, murió en Puerto de Vega en noviembre de 1811 a los 67 años de edad. Sus restos reposan en la capilla de la propia casa natal de Jovellanos en Gijón, llamada capilla de los Remedios.

Publicaciones

Jovellanos cultivó varios géneros literarios. pero sus escritos principales fueron ensayos de economía, política, agricultura, filosofía y costumbres, desde el espíritu reformador del Despotismo ilustrado.

Informe sobre le Ley Agraria

Su obra más destacada fue el “Informe sobre la Ley Agraria”, que se publicó en 1795. En ella Jovellanos se muestra partidario de eliminar los obstáculos a la libre iniciativa, que dividía en tres clases: políticos, morales y físicos. Entre ellos estaban los baldíos, la Mesta, la fiscalidad, la falta de conocimientos útiles de los propietarios y labradores, las malas comunicaciones y la falta de regadíos, canales y puertos.
Para corregir esta situación Jovellanos propuso que los baldíos y montes comunales pasasen a la propiedad privada, disolver la Mesta, cercar las fincas, y que los arrendamientos estuviesen basados en el pacto libre entre los colonos y los propietarios, además de la limitación de los mayorazgos y la supresión de la amortización eclesiástica o de la eliminación de las trabas sobre los agricultores, además de la reforma de los impuestos.
A esto habría que añadir la reforma de la enseñanza, para hacerla más práctica, dándole más importancia a las materias científicas, y la inversión del Estado en obras públicas.
Estas medidas crearían las condiciones para la constitución de un mercado de tierras, un aumento de la producción y la creación de un mercado nacional unificado que posibilitarían que aumentara la población y su nivel de vida, lo que serviría de base para el inicio de la industrialización.

Academias

Durante su estancia en Madrid estuvo plenamente integrado en la vida cultural siendo miembro de la Real Academia de la Historia (1779), de la Academia de San Fernando (1780) y de la Real Academia Española (1781).

Arte

Jovellanos estuvo muy interesado en el arte y fue gran admirador de Goya desde fecha temprana, habiéndose hecho retratar por el artista en los años en que acababa de ser nombrado miembro de la Real Academia de San Fernando. Cuyo retrato puede contemplarse en la actualidad en el Museo del Prado de Madrid.

Memoria

En Asturias, y particularmente en Gijón hay varias instituciones culturales, sociales y educativas que llevan el nombre de Jovellanos.




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