Evaristo
Valle y Fernández Álvarez y Suárez Quirós, pintor, profesor y
escritor. Nació en Gijón (Asturias) en 1873 y murió en Gijón en
1951 a los 77 años de edad.
El
conjunto de su obra, está dedicada en su mayor parte a la
representación de temas populares asturianos y paisajes de su
tierra.
Familia
Su
padre, Evaristo del Valle Álvarez, procedía de Villaviciosa
(Asturias) y se casó, en segundas nupcias, con la gijonesa Marciana
Fernández Quirós, con la que tuvo seis hijos; el tercero sería
Evaristo. Vivió su niñez en Gijón, donde su progenitor era juez de
paz. Murió si descendencia.
Emigración
A
los diez años viajó con sus padres y hermanos a San Juan de Puerto
Rico, donde su padre fue nombrado magistrado. Allí bajo los
auspicios de su padre se inició en la pintura, En 1884, murió su
padre y su madre viuda, regresó con toda la prole a Gijón.
Formación
En
Gijón fue a la escuela y al instituto y empezó a trabajar en una
casa de banca, luego en una refinería de petróleo y finalmente en
una litografía, porque ahí le permitía relacionarse con la pintura
que era su vocación.
Docencia
En
Gijón impartió clases de dibujo que alternó con su pintura.
Estancia
en París
A
lo largo de su vida pasó varias estancias en París, la primera fue
a los 25 años, en 1898 y allí se ganó la vida como dibujante
litógrafo, realizando caricaturas e ilustrando cuentos. En 1900 se
alejó del bullicio de la Exposición Universal de París, y viajó
por Holanda, Bélgica e Italia. Después de la Expo hubo una crisis
económica muy fuerte en París y al quedar sin trabajo regresó a
España.
Pintura
al óleo
Realizó
un viaje rápido a Madrid, y conoció el Museo del Prado, Toledo y El
Escorial, y regresó a Gijón fuertemente impresionado decidido a
empezar a pintar en óleo.
Exposición
en el Instituto Jovellanos
Realizó
una exposición de su obra en el Instituto Jovellanos de Gijón y
consiguió una pensión anual que le concedió el Ayuntamiento de
Gijón para trasladarse de nuevo a París, donde hizo amistad con
Luis Bonafoux y Zuloaga. En París, pintó Valle el cuadro que debía
enviar al Ayuntamiento: “La Promesa”; dos figuras sobre un
paisaje de Noreña.
Regreso
a Gijón
Al
finalizar la pensión que le había concedido el Ayuntamiento regresó
a Gijón. Un grupo de amigos organizó una exposición en Gijón, en
la que predominan junto a un buen número de retratos, cuadros de
temas parisinos y asturianos, cargados todos ellos de una fina ironía
social. El éxito de la exposición repercutió muy positivamente en
la moral de Valle, que decidió volver a París.
Estancia
en París
En
1908 se inició su tercera estancia en París, que fue la más
holgada y rica en experiencias al reencontrarse con viejos amigos y
otros nuevos como Vázquez Díaz o Modigliani. Realizó un buen
número de retratos de encopetadas señoras. Pintaría también
retratos de tipos de los bajos fondos de París. Logró exponer en el
“Salón de los Independientes” de París.
Sintiendo
nostalgia de España, decidió afincarse en Madrid visitando por
segunda vez el Museo del Prado y exponiendo en la Sala Iturrioz, sus
primeras “Carnavaladas”, tema que de una profunda originalidad,
riqueza plástica y misterio, que irían evolucionando hasta el final
de sus días.
En
Madrid había poco trabajo y regresó de nuevo a París exponiendo
nuevamente en el “Salón de los Independientes”. Los principales
marchantes parisinos empiezan a interesarse por su pintura. Su
situación empieza a ser holgada y esperanzadora.
Enfermedad
Se
puso enfermo en París y regresó en 1912 de nuevo a Gijón
coincidiendo con la muerte de su madre que agravó su crisis anímica.
Permaneció varios años enfermo, encerrado en casa y sin pintar,
porque esa enfermedad le impedía vivir el mundo exterior.
Escritor
La
enfermedad le dio pie a iniciarse como escritor inventado otro yo,
que al cabo le resultó más interesante del que pudiera vivir en
Gijón, o acaso en París. Fruto de este periodo de inactividad
pictórica que tuvo, son un buen número de obras literarias
inéditas, novelas y piezas de teatro, algunas iniciadas años atrás,
la mayoría incompletas y con varias versiones, todas ellas con
infinidad de meticulosas correcciones.
Mejoría
En
1917 su salud mejora y viaja a Madrid, Toledo, Aranjuez y el
Monasterio de Piedra.
Participó
con dos cuadros en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Fruto de
este viaje son una serie de apuntes al óleo de factura magistral,
como la serie de “Los Palcos”, “Boda aristócrata”,
“Elegantes de Gijón”, “Baile de carnaval”.
Empiezan
a predominar en adelante los temas de campo o aldea, lugares en los
que el artista no sentiría más los síntomas de su enfermedad.
Exposiciones
en Gijón, Oviedo, Madrid y Bilbao.
En
1918 expone en las dos ciudades asturianas y entabla amistad con
Gerardo Diego y con Ortega y Gasset. Ortega le anima a mostrar su
obra en Madrid. Llevó a la capital 55 obras, obteniendo una gran
repercusión de medios de comunicación y artísticos.
Le
compraron cuadros, entre otros, Ignacio Zuloaga, Aureliano Berruete y
Maniano Benlliure, este último para el Museo de Arte Moderno de
Madrid.
Expuso
también en Bilbao con idéntico éxito. Conoció a José Francés,
el apoyo que Francés prestó a Valle, sería decisivo para los
próximos años.
Consolidación
Valle
pretendió pintar la totalidad de la visión: que las figuras, las
cosas y los colores estén donde deben estar y no ofendan a la vista;
porque lo demás, aunque es mucho, en horas afortunadas nace
espontáneamente del pintor, según cree el pintor.
Con
este nuevo aliento, entró en una etapa muy fecunda, en la que
pintaría buena parte de sus mejores obras, con temas de la mina, el
mar, el campo,…, logrando sus más atrevidas conquistas en las
“Carnavaladas”, en las que dio rienda suelta a una asombrosa
libertad de movimiento, color, empaste y composición, a la vez que
la elaboración mental del cuadro se intensifica.
De
toda esta actividad envió cuadros a la Exposición Nacional de
Bellas Artes. En 1922 realizó una exposición en el Palacio de
Bibliotecas y Museos de Madrid, que José Francés se encargaría de
organizar.
Fue
un gran éxito de prensa y asistencia. Un grupo de más de cien
artistas e intelectuales ofrecieron un banquete en su honor, firmando
un pergamino que Valle conservó siempre en la pared de su estudio.
Exposiciones
en el extranjero
Ante
los éxitos cosechados en España en 1923, decidió probar fortuna en
el extranjero, así que embaló sus cuadros y se marchó a Londres
que sería la llave para entrar en Nueva York. Realizó una
exposición en Londres con gran éxito de público y crítica.
Por
esas fechas concurrió con siete cuadros a una exposición de pintura
asturiana, organizada por “El Heraldo de Madrid” en el Palacio de
Bibliotecas y Museos.
Exposición
en Nueva York
Gracias
al gijonés Marcelino García, que era armador y consignatario de
buques en Nueva York, le facilitó la realización de una exposición
en la “Gainsborough Gallery”.
La
elección de la sala fue desafortunada y apenas tuvo visitantes sin
embargo, “The Brooklyn Museum of Arts” le adquirió un cuadro. De
Nueva York se trasladó a La Habana y logró exponer con la ayuda de
unos sobrinos que tenía allí.
Regreso
a Gijón
Regresó
a Gijón y se tomó un descanso de varios año, que fue un periodo
muy duro, lleno de penurias económicas y desaliento vital. Después
de la Guerra Civil, su labor creativa fue descendiendo y sus cuadros
pasaron a ser valorados y buscados por los coleccionistas, pero no le
fue posible superar las penurias económicas que pasó durante los
últimos años de su vida.
Obras
destacadas
- Baile de carnaval (1917)
- Carnavalada (1930)
- Máscaras en el campo (1944)
- Cipriano, el hojalatero (1945)
- Las tres brujas (1945)
- Carnavalada de los lobos (1949)
- Mi amigo Pedro, El pescador (1946)
- La mujer de azul (1950)
- Tipos de mar (1950).
Estatua
En
1946 el escultor Manuel Laviada, realizó un busto de Evaristo Valle
Museo
Evaristo Valle
La
Fundación Museo Evaristo Valle es un museo dedicado a la trayectoria
y obra del pintor gijonés Evaristo Valle. Fundada en 1981, su
artífice principal fue María Rodríguez del Valle, sobrina del
artista. El museo acoge obras del pintor gijonés, pero también ha
organizado exposiciones temporales sobre otros artistas.
El
museo fue galardonado con la Medalla de Honor de la Real Academia de
San Fernando en 1984 y con una Mención de Honor del Consejo de
Europa a través de su comité para el premio “Museo del Año en
Europa” en 1985. Está situado en el barrio y parroquia de Somió,
en Gijón.
Autor: Feliciano Robles
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