Severo Ochoa de Albornoz, médico, doctor, bioquímico,
profesor, científico investigador y académico. Nació en Luarca
(Asturias) en 1905 y murió en Madrid en 1993 a los 88 años de edad.
Fue un personaje de gran renombre internacional. Su investigación fue polifacética, hizo numerosas e importantes contribuciones en distintos campos de la Bioquímica y la Biología Molecular. En 1959 fue galardonado, junto con un discípulo suyo con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina.
Familia. Sus padres fueron el abogado Severo Manuel Ochoa y Carmen de Albornoz, hermana del que fue Presidente del Gobierno de España en el exilio, Álvaro de Albornoz. Tras la muerte de su padre cuando Ochoa tenía 7 años, su madre y él se trasladaron a vivir a Málaga. En 1931 se casó con Carmen García Cobián, natural de Gijón. El matrimonio Ochoa se nacionalizó estadounidense en 1956, conservando la doble nacionalidad española y estadounidense durante toda su vida. No tuvieron descendencia.
Formación. En Málaga cursó los estudios primarios y el bachillerato. Atraído desde muy joven por la Ciencia, ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid en la cual se licenció como médico en 1928, pero nunca llegó a ejercer como médico.
La jubilación del gran neurohistólogo y Premio Nobel, Santiago Ramón y Cajal, impidió que Severo Ochoa recibiera sus enseñanzas, pese a lo cual siempre confesó que el gran científico había inspirado su motivación por la investigación y su decisión de profundizar en las Ciencias de la Vida.
Durante su estancia en Madrid vivió en la Residencia de Estudiantes, en la que ingresó en 1927, y allí fue compañero de grandes intelectuales y artistas de la época, como García Lorca y Salvador Dalí.
En 1930, Ochoa terminó su tesis doctoral, que defendió ese mismo año.
Inicios como investigador. Siendo estudiante de Medicina empezó a colaborar con el profesor de Fisiología Juan Negrín, y consiguió publicar su primer trabajo en una revista internacional, el Journal of Biological Chemistry, en colaboración con el Dr. García Valdecasas, que consistía en describir un método para aislar la creatina presente en la orina.
Becas. A raíz de ese artículo, Ochoa obtuvo una beca y pasó el verano de 1927 en Glasgow, trabajando con el doctor Noel Paton en el metabolismo de la creatinina y mejorando su nivel de inglés.
En 1929 y gracias a sus conocimientos sobre la creatinina, consiguió una invitación para unirse al laboratorio de Otto Meyerhof en el instituto de biología Kaiser Wilhelm (hoy Instituto Max Planck) en Berlín.
En aquella época el instituto era una importante cuna de la bioquímica, por lo que Ochoa tuvo la oportunidad de conocer y trabajar con científicos de reconocido prestigio como el profesor Meyerhof, que había recibido el premio Nobel de Medicina en 1922.
En 1931 viajó al London National Institute for Medical Research, donde trabajó con Sir Henry Dale en el estudio de la vitamina B1, de la enzima glioxalasa. Estos estudios fueron el comienzo del importante interés en el estudio de la enzimas que Ochoa tuvo a lo largo de su vida, y supuso una revolución en el estudio del metabolismo intermediario.
Docencia. Entre 1931 y 1935 fue profesor ayudante de Juan Negrín, su principal apoyo ante la Junta de Ampliación de Estudios, para conseguir becas y ayudas para la incipiente investigación sobre bioquímica que se iniciaba en España.
En 1935 fue invitado por el profesor Carlos Jiménez Díaz a asumir la Dirección del Departamento de Fisiología del Instituto de Investigaciones Médicas de la Ciudad Universitaria de Madrid.
Más tarde durante su etapa en Estados Unidos fue durante muchos años docente e investigador en la Universidad de Nueva York.
Exilio. Al empezar la Guerra Civil en 1936 se exilió en el Reino Unido y luego en 1940 con el inicio de la II Guerra Mundial se trasladó a Estados Unidos donde fijó su residencia hasta su jubilación.
Etapa americana. Al llegar a Estados Unidos pasaron una estancia de dos años con el matrimonio Carl y Gerty Cori (ambos Premios Nobel), en San Louis (Missouri) y allí empezó a trabajar como investigador independiente dirigiendo sus propios proyectos.
Pero 1944 sería el inicio de una larga y fructífera estancia en la Universidad de Nueva York ya que dado sus conocimientos llegó a dirigir sucesivamente los departamentos de Farmacología y de Bioquímica. Su laboratorio se convirtió en referencia mundial para los estudios sobre enzimas. Sus investigaciones sobre farmacología y bioquímica que le valieron la medalla Bewberg en 1951.
Descubrimiento relevante. Una observación inesperada realizada en 1954 en su laboratorio centró la atención de Ochoa y logró el descubrimiento de la polinucleótido- fosforilasa, una enzima que cataliza la síntesis de ácido ribonucléico (ARN) en el tubo de ensayo. Severo Ochoa se dio cuenta de que los ácidos nucléicos se pueden sintetizar in vitro y comenzó a analizar las condiciones y mecanismos que rigen estos procesos en las células.
Prosiguiendo con sus trabajos sobre la fosforilación oxidativa, descubrió, ese mismo año de 1954 una enzima, la polinucleótido fosforilasa, capaz de sintetizar ARN in vitro a partir de ribonucleosidodifosfatos.
En 1955 Ochoa publicó en el Journal of the American Chemical Society con la bioquímica francorrusa Marianne Grunberg-Manago, el aislamiento de una enzima del colibacilo que cataliza la síntesis de ARN, el intermediario entre el ADN y las proteínas.
Los descubridores llamaron «polinucleótido-fosforilasa» a la enzima, conocida luego como PNPasa, tratándose de una polirribonucleótido nucleotidil-transferasa.
El descubrimiento de la polinucleótido fosforilasa dio lugar a la preparación de polinucleótidos sintéticos de distinta composición de bases con los que el grupo de Severo Ochoa, en paralelo con el grupo de Marshall Nirenberg, llegaron al desciframiento de la clave genética.
Con estos descubrimientos se abrió el camino a una revolución científica trascendental: la Bioquímica se hizo Biología Molecular.
Premio Nobel. Por todos esos descubrimientos descritos le concedieron en 1959 el Premio Nobel de Fisiología y Medicina que compartió con su discípulo el bioquímico Arthur Kornberg, por sus descubrimientos sobre el mecanismo de la síntesis biológica del ácido ribonucleico (ARN) y del ácido desoxirribonucleico (ADN).
Nuevas investigaciones. En 1960, se encontró de nuevo como participante destacado en una nueva serie de descubrimientos científicos tan apasionantes como sus realizaciones anteriores: el desciframiento del código genético, en dura competencia con otros laboratorios de vanguardia. Ochoa se percató de que en la Ciencia hay emoción y deslumbramiento, pero también lucha y sana competencia por alcanzar logros significativos antes que otros.
Sociedad Española de Bioquímica. En la década de 1960 Severo Ochoa volvió a España como visitante y desempeñó un papel importante en la creación en 1963 de la Sociedad Española de Bioquímica, luego denominada Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular y participó posteriormente de forma asidua y activamente en los Congresos que organizaba dicha Sociedad.
Centro de Biología Molecular. En España quisieron recuperar su magisterio, y a tal efecto se creo en Madrid en 1971 el Centro de Biología Molecular para que Severo Ochoa lo pudiese dirigir.
A partir de 1977 compatibilizó sus actividades entre el Instituto Roche de Biología Molecular en Nueva Jersey con sus frecuentes estancias en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa en Madrid, que fue considerado como Centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad Autónoma de Madrid, en cuya creación había participado.
En 1985 fijó definitivamente su residencia en Madrid y siguió investigando en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, del que era Director Honorario. Publicó su último trabajo científico en 1986, con 81 años
Publicaciones. Entre sus obras más citadas se encuentran los siguientes títulos:
Malic Dehydrogenase from Pig Heart (1955)
Malic Enzyme (1955)
Biosynthesis of Dicarboxylic Acids by Carbon Dioxide Fixation.1. Isolation and Properties of an Enzyme from Pigeon Liver Catalyzing the Reversible Oxidative Decarboxylation of L-Malic Acid (1948)
Isocitric Dehydrogenase System (TPN) from Pig Heart (1955)
Enzymic Synthesis of Polynucleotides.1. Polynucleotide Phosphorylase of 'Azotobacter vinelandii' (1956)
Premios Príncipe de Asturias. Severo Ochoa fue desde su primera convocatoria en 1981, Presidente del jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias.
Academias. En 1987 ingresó en la Real Academia Nacional de Medicina de España, y fue nombrado presidente de la Fundación Jiménez Díaz.
Reconocimientos honoríficos. Severo Ochoa recibió, además del premio Nobel, numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera, entre los que destacan:
Títulos honoríficos de las universidades de St. Louis (Washington University), Glasgow, Oxford, Salamanca, Brasil, Wesleyan University y Oviedo.
Profesor honorario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima.
Doctor Honoris Causa de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) de la República Dominicana. 1987.
Doctor Honoris Causa de la Universidad del Pais Vasco. 1988.
Medalla Neuberg en bioquímica.1951.
Medalla de la Société de Chimie Biologique.1959.
Medalla de la Universidad de Nueva York. 1959.
National Medal of Science de los EEUU.1979.
Miembro de varias sociedades de investigación en EEUU, Alemania, Japón, Argentina, Uruguay y Chile
Presidente de la Unión internacional de Bioquímica (International Union of Biochemistry).
Depresión. En 1986 falleció su esposa, y ello le supuso un golpe muy duro que le sumergió en una especie de profunda depresión. A partir de entonces, Ochoa decidió no volver a publicar ningún trabajo científico más, con lo que puso totalmente fin a su brillante carrera. A partir de entonces se dedicó principalmente a dar conferencias, a atender a los medios de comunicación y a tratar con los estudiantes del Centro de Biología Molecular de Madrid.
Biografía. En 1993, Severo Ochoa presentó en Madrid su biografía titulada La emoción de descubrir, escrita por el periodista Mariano Gómez-Santos, y en noviembre de ese mismo año murió en Madrid, a la edad de 88 años.
Legado. En su testamento creó la Fundación Carmen y Severo Ochoa, de cuyo patronato forman parte algunos de sus discípulos españoles, al objeto de que se perpetuara la memoria de su nombre unido siempre al de su mujer, en reconocimiento al soporte familiar que le habría de acompañar en toda su trayectoria, resultando decisivo —según su propia confesión— para el desarrollo de su vocación científica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario