José
Purón Sotres, pintor y profesor. Nació en el Palacio de Andrín
de los Sotres-Posada en Llanes en 1912 y murió en 1987 a los 75 años
de edad,
José
Purón Sotres fue uno de los últimos pintores de oficio, de
formación tradicional y de vocación figurativa, que en Asturias
desarrollaron una producción de calidad. Participó de forma activa
en las diferentes exposiciones colectivas de pintores asturianos de
su época.
Algunos autores distinguen tres etapas en su pintura: realista (1922-1942), deudora de la pintura tradicional española y con influencia de José Ramón Zaragoza; impresionista (1942-1970) y expresionista cromática (a partir de 1970). Su obra se inscribe en la corriente regionalista con cierta tendencia al realismo lírico o poético y se caracteriza por la observación de la naturaleza desde una óptica optimista y subjetiva. En cuanto a temática realiza retratos, paisajes y escenas de costumbres, aunque abundan los bodegones sencillos y depurados, donde gusta representar objetos construidos con un dibujo sólido y en los que suele emplear una paleta sobria.
Familia
Era
hijo de Juan Purón Sordo, el de la Llavandera, y de Dolores Sotres
Posada, la del Palacio, y fue el segundo de cuatro hermanos (Juan,
José, María y Manuel). Cuando cumplió un año su familia se
trasladó desde Andrín a La Portilla.
En
1955 contrajo matrimonio con Segunda (Dina) Colubi
Menéndez-Celayeta, natural de Soto de Luiña (Cudillero), y
al año siguiente nacería su único hijo, Juan.
Formación
Cuando
cursaba fu formación básica, mostró desde niño unas
peculiares cualidades para el dibujo, pues consiguió un diploma
especial en dibujo.
La
Diputación Provincial, decidió otorgarle una beca para estudiar en
la Academia de Bellas Artes de San Fernando, lo que le
permitiría abandonar la colaboración en los talleres de Granda.
Durante esos años de estudios frecuentaba a menudo el Círculo de
Bellas Artes de Madrid, además de trabajar durante algún tiempo
como proyectista de vidrieras para la casa Mauméjean, Una vez
acabada la Guerra Civil regresó de nuevo a Madrid, incorporándose
al cuarto curso de Bellas Artes y finalizar su formación. Después
disfrutó de varias becas.
Docencia
A
partir de 1958 se dedicó a la docencia en el bachillerato como
profesor de Dibujo de los Institutos de Enseñanza Media de
Llanes, Sama de Langreo y Alfonso II de Oviedo, hasta que
regresa a su villa natal en 1979, como Catedrático de Dibujo,
jubilándose en 1981.
Inicios
profesionales
En
1927 se trasladó a Madrid, gracias a la mediación de un veraneante
madrileño, Trabajó primero como ayudante en unos almacenes de
tejido; aunque en sus ratos libres seguiría dibujando y haciendo
labores de rotulación en los escaparates del comercio.
En
1929 el escultor valenciano Julio Vicent le introdujo en los talleres
de Arte Sacro de Félix Granda Buylla, donde trabajaban jóvenes
valores artísticos que estaban cursando estudios en la Academia de
Bellas Artes de San Fernando.
En
los Talleres Granda conoció a Manuel Menéndez, descendiente de
asturianos que era grabador y aguafuertista, y además jefe de los
dibujantes en los talleres y además catedrático de Anatomía de la
Escuela Superior de Madrid, y Purón simultaneó su trabajo en el
comercio, con la colaboración con Granda y los estudios en la
Escuela de Artes y Oficios de la capital.
Guerra
Civil
Cuando
estalló la Guerra Civil su vida, como la de todos los españoles,
sufriría un vuelco importante. Llamado a filas, estuvo primero en
Celorio (Llanes) y después en Cangas de Onís, donde entabló
relación amistosa con el escultor Gerardo Zaragoza. En ese período
dibujó a lápiz algunas composiciones de guerra —hoy perdidas—,
tomadas directamente en el frente. Cuando durante un permiso
regresa a Llanes, es llevado a un campo de concentración en
Torrelavega, y de ahí a Valladolid con los Hermanos de La Salle,
quienes le encargan la pintura de las cenefas del Colegio. En 1939,
ya licenciado, se estableció en La Coruña, como encargado de
Talleres Moro, una casa comercial de pinturas, y trabajó como
rotulista en el Teatro Rosalía de Castro. Llamado de nuevo a
filas, esta vez en el bando nacional, prestó sus servicios en el
Hospital de Orza de La Coruña, como dibujante técnico para
proyectar las prótesis de los pacientes o dibujar los muñones de
los heridos. En ese momento pintó varios cuadros. Es de
destacar el titulado “El taller del hospital de ortopedia”
(presentado en la exposición del Real Automóvil Club
de 1940). De esta obra dijo el cronista de La Nueva España que
«quizá sea la única tela en su género que recoge y plasma una de
las consecuencias de la guerra».
Obra
pictórica
Cuando
acabó su estudios en 1940 recibió su primer encargo de la
Residencia Provincial de Niños de Oviedo, institución para la
que realizaría en el futuro varias obras.
Al
año siguiente obtuvo el premio en dibujo de paisaje, que conllevaba
una pensión en El Paular. De esta forma durante el verano estuvo
trabajando en Arenas de San Pedro (Ávila).
Además
se presentó al premio fin de carrera Molina Higueras, que consiguió
con las dos obras propuestas: una figura femenina a contraluz y una
composición de tema libre, que interpretó con un asunto de pesca.
Así consiguió un diploma de la Real Academia y mil quinientas
pesetas.
Purón
Sotres componía escenas de vida con un sello acertado, mozos en
familiar compañía pero cada cual, como es de raza, conservando un
individualismo que no excluye la comunidad.
Uno de sus últimos cuadros fue titulado, “Asturias Patria Querida”, hoy en el Ayuntamiento de Llanes, pintado en 1985.
Exposiciones
Con
su flamante título bajo el brazo presenta varias obras a la
exposición del Certamen de Educación y Descanso en el que consigue
«por sus relevantes méritos de profesional» un premio
extraordinario, y la Diputación Provincial le amplía la
pensión y le encarga una copia de un cuadro de Sorolla Fray
Gilberto Jofre salvando a un loco de las iras de la multitud,
con destino al Hospital Psiquiátrico de Oviedo.
En
1943 organiza su primera exposición individual, en los salones
de Educación y Descanso de Oviedo, con un éxito de ventas que le
permitirá continuar pintando y viajando con frecuencia a Madrid para
reencontrarse con sus antiguos compañeros, maestros y amigos.
También acude
con cuatro obras a la Primera Exposición Nacional de Arte de Oviedo
de 1942 y al año siguiente realiza su primer envío a la
Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid.
Las
obras iniciales, que se corresponden con sus inicios en la práctica
pictórica, primero como estudiante y después como profesional,
puede adscribirse a un realismo académico, atemperado por
la influencia innegable del luminismo de Sorolla, la corrección
compositiva de su maestro Zaragoza, y la riqueza cromática de
Chicharro.
Pero
también por esas fechas pintaría el Retrato de Margot, una obra en
la que profundiza en la introspección psicológica, añadiendo un
altar de fondo como motivo simbólico.
En
1947 vuelve a exponer en Educación y Descanso y dos años más
tarde en la sala del Instituto Jovellanos de Gijón. En 1949 el
Ministerio de Asuntos Exteriores y de Intercambio Cultural le concede
una beca —de las cuatro propuestas— para ampliar estudios en
Roma y se establece durante ocho meses, en la Academia Española.
París
Pasó
tres meses en París, y se instaló en el Colegio de España y
frecuenta la Escuela de Beaux Arts, le permitieron un acercamiento
directo a la pintura impresionista. Al regreso del viaje europeo sus
retratos ganan en frescura. Como los impresionistas se recortan sobre
un fondo difuso, deja inconclusas varias zonas, a excepción del
virtuosismo del rostro, tal como sucede en el de María Jesús
Elizama (1949).
A
partir del conocimiento directo del impresionismo y de su
revisión por Cézanne, Purón incorpora con insistencia los
bodegones y naturalezas muertas en el repertorio iconográfico de su
obra. Y son las manzanas los elementos más repetidos, como producto
típico de la tierra y por sus capacidades de geometrización y
colorismo las colocó de mil formas posibles,
La
Portilla (Cantabria)
Instalado
en La Portilla, realizó frecuentes viajes a Madrid y a Oviedo, donde
formaba parte de la tertulia La Picota, integrada por numerosos
artistas.
Se
presentó entonces, por última vez, a la Exposición Nacional de
Bellas Artes de 1952, con los dos óleos “Víspera de fiesta”
(hoy en el Hotel de la Reconquista) y “Retratos”.
Fue
entonces cuando sus amigos de Madrid le animaron a dejarse ver por la
capital, a frecuentar los círculos artísticos, pues desde Asturias,
y más concretamente desde Llanes, quedaba fuera de los mecanismos de
promoción madrileños. Ante esa perspectiva, Purón decidió
abandonar los premios nacionales y dedicarse a la pintura ajeno a las
intrigas y promociones capitalinas.
Autor: Feliciano Robles
Volver al índice